Cómo componer una canción

Componer canciones es una actividad artística que requiere de creatividad, conocimiento y práctica. No hay una fórmula mágica para crear una canción, pero sí existen algunos consejos y técnicas que pueden facilitar el proceso y mejorar el resultado. A continuación, te presento un artículo sobre cómo componer canciones de forma sencilla, basado en la información que he encontrado en la web.

¿Qué es una canción?

Una canción es una obra musical que combina letra y melodía, y que suele estar acompañada de una armonía y un ritmo. Una canción se puede clasificar según su género, su estilo, su forma, su tema, su intención, etc. Algunos ejemplos de géneros musicales son el pop, el rock, el rap, el reggae, el jazz, el blues, el folk, el country, el clásico, etc. Algunos ejemplos de formas musicales son el verso-estribillo, el tema y variaciones, el rondó, la fuga, la sonata, etc. Algunos ejemplos de temas musicales son el amor, la amistad, la política, la religión, la naturaleza, la vida, la muerte, etc.

¿Qué se necesita para componer una canción?

Para componer una canción se necesita tener una idea, un instrumento, un papel y un lápiz, o un ordenador con un programa de edición musical. También se necesita tener conocimientos básicos de teoría musical, como las notas, los intervalos, las escalas, los acordes, las tonalidades, los modos, los ritmos, etc. Estos conocimientos se pueden adquirir mediante el estudio, la escucha, la imitación y la experimentación. Además, se necesita tener creatividad, que es la capacidad de generar ideas originales y expresarlas de forma artística. La creatividad se puede estimular mediante la inspiración, la imaginación, la curiosidad, la emoción, la intuición, etc.

¿Cómo se compone una canción?

No hay un método único para componer una canción, pero se puede seguir un proceso general que consta de cuatro pasos: generar ideas, estructurar la canción, escribir la letra y grabar la canción.

Generar ideas

El primer paso para componer una canción es generar ideas que sirvan como base para la creación musical. Estas ideas pueden surgir de diversas fuentes, como la experiencia personal, la observación del entorno, la lectura de libros, el visionado de películas, la escucha de otras canciones, etc. También se pueden usar técnicas como la lluvia de ideas, el mapa mental, el juego de palabras, la improvisación, etc. Lo importante es anotar o grabar todas las ideas que se vayan ocurriendo, sin juzgarlas ni descartarlas, y luego seleccionar las que más se adapten al propósito y al estilo de la canción.

Estructurar la canción

El segundo paso para componer una canción es estructurar la canción, es decir, definir las partes que la componen y el orden en que se suceden. Una estructura típica de una canción es la siguiente:

  • Introducción: es la parte inicial de la canción, que sirve para captar la atención del oyente y presentar el tema, el estilo y el tono de la canción. Suele durar entre 10 y 20 segundos, y puede consistir en un solo de instrumento, un riff, un motivo melódico, etc.
  • Verso: es la parte que cuenta la historia de la canción, desarrollando el tema y los personajes. Suele durar entre 20 y 40 segundos, y se repite varias veces a lo largo de la canción, con variaciones en la letra y en la música. El verso suele tener una melodía y una armonía más sencillas y menos llamativas que el estribillo, para crear contraste y expectativa.
  • Estribillo: es la parte más importante y memorable de la canción, que resume el mensaje y el sentimiento de la canción. Suele durar entre 10 y 20 segundos, y se repite varias veces a lo largo de la canción, con poca o ninguna variación en la letra y en la música. El estribillo suele tener una melodía y una armonía más complejas y más llamativas que el verso, para crear impacto y emoción.
  • Puente: es la parte que rompe la monotonía de la canción, introduciendo un cambio de ritmo, de tonalidad, de instrumentación, de letra, etc. Suele durar entre 10 y 20 segundos, y se sitúa entre el último verso y el último estribillo, o después del último estribillo. El puente suele tener una función de transición, de sorpresa, de resolución, de climax, etc.
  • Final: es la parte que cierra la canción, dando una sensación de conclusión y de satisfacción al oyente. Suele durar entre 5 y 10 segundos, y puede consistir en una repetición del estribillo, una coda, un fade out, un silencio, etc.

Esta estructura se puede representar con las letras I (introducción), V (verso), E (estribillo), P (puente) y F (final), y se puede combinar de diferentes maneras, según el tipo y la duración de la canción. Algunos ejemplos de estructuras son:

  • I-V-E-V-E-P-E-F
  • I-V-E-V-E-V-E-F
  • I-V-E-V-P-E-V-E-F
  • I-V-P-V-E-P-V-E-F

Escribir la letra

El tercer paso para componer una canción es escribir la letra, es decir, el texto que se va a cantar o a recitar en la canción. La letra debe estar relacionada con el tema y el estilo de la canción, y debe expresar un mensaje y un sentimiento de forma clara y original. Para escribir la letra se pueden seguir los siguientes consejos:

  • Elegir un título que resuma el tema y el sentimiento de la canción, y que sea atractivo y fácil de recordar. El título suele coincidir con el estribillo o con una frase clave de la canción.
  • Escribir el estribillo primero, ya que es la parte más importante y memorable de la canción, y luego escribir los versos y el puente, que deben apoyar y complementar el estribillo.
  • Usar un lenguaje sencillo, directo y natural, que se adapte al público y al género de la canción, y que sea fácil de entender y de cantar. Evitar las palabras difíciles, las frases largas, las rimas forzadas, los clichés, las repeticiones innecesarias, etc.
  • Usar recursos literarios, como las rimas, las metáforas, las comparaciones, las aliteraciones, las onomatopeyas, las antítesis, las hipérboles, etc., que enriquezcan y embellezcan la letra, y que creen efectos de sonido, de sentido y de emoción.
  • Ajustar la letra a la melodía, respetando el ritmo, la acentuación, la entonación, la duración y la respiración de las palabras. También se puede ajustar la melodía a la letra, modificando la altura, la intensidad, el timbre y el tempo de las notas.

Grabar la canción

El cuarto y último paso para componer una canción es grabar la canción, es decir, registrar el sonido de la voz y de los instrumentos que interpretan la canción. Para grabar la canción se necesita tener un equipo de grabación, que puede ser desde un teléfono móvil o una grabadora hasta un estudio profesional, y un programa de edición musical, que puede ser desde una aplicación gratuita hasta un software especializado. Para grabar la canción se pueden seguir los siguientes pasos:

  • Preparar el equipo de grabación, comprobando que funciona correctamente y que tiene la calidad y la configuración adecuadas. También se debe preparar el espacio de grabación, asegurándose de que tiene una buena acústica y de que no hay ruidos ni interferencias externas.
  • Grabar la pista base, que es la que contiene la armonía y el ritmo de la canción, y que sirve de guía para las demás pistas. La pista base se puede grabar con un instrumento armónico, como la guitarra o el piano, o con un secuenciador, que es un programa que genera sonidos electrónicos. La pista base debe seguir la estructura de la canción y tener un metrónomo, que es un dispositivo que marca el tempo de la canción.
  • Grabar las pistas adicionales, que son las que contienen la melodía y los adornos de la canción,

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