Los acordes de paso son acordes que se intercalan entre dos acordes principales, con el fin de crear un movimiento armónico más fluido y variado. Los acordes de paso se pueden clasificar en dos tipos: los acordes de paso diatónicos y los acordes de paso cromáticos.

Los acordes de paso diatónicos son aquellos que pertenecen a la misma tonalidad que los acordes principales, y que se forman sobre los grados intermedios de la escala. Por ejemplo, en la tonalidad de do mayor, los acordes principales son el I (do mayor), el IV (fa mayor) y el V (sol mayor). Los acordes de paso diatónicos son el ii (re menor), el iii (mi menor), el vi (la menor) y el vii (si disminuido). Estos acordes se pueden usar para unir los acordes principales, siguiendo las reglas de la armonía funcional. Por ejemplo, una progresión típica de acordes de paso diatónicos es I-vi-ii-V-I, que se puede tocar así:

C Am Dm G C

Los acordes de paso cromáticos son aquellos que no pertenecen a la misma tonalidad que los acordes principales, y que se forman sobre las notas alteradas de la escala. Por ejemplo, en la tonalidad de do mayor, los acordes principales son el I (do mayor), el IV (fa mayor) y el V (sol mayor). Los acordes de paso cromáticos son aquellos que tienen alguna nota con sostenido o bemol, como el bII (re bemol mayor), el bIII (mi bemol mayor), el bV (sol bemol mayor), el bVI (la bemol mayor), el bVII (si bemol mayor) o el #IV (fa sostenido mayor). Estos acordes se pueden usar para crear efectos de tensión y resolución, o para modular a otras tonalidades, siguiendo las reglas de la armonía cromática. Por ejemplo, una progresión típica de acordes de paso cromáticos es I-bIII-IV-V-I, que se puede tocar así:

C Eb F G C

Los acordes de paso son un recurso musical muy útil y creativo, que permite enriquecer y variar la armonía de una canción. Para usarlos correctamente, se debe tener en cuenta el contexto musical, el estilo, el ritmo, la melodía y el efecto que se quiere lograr.